Ah vida pa hijuemadre, cuantas veces no nos han
hecho esta pregunta, añadiendo la frase típica que complementa la misma ¿Por qué mejor no te compras un carro?
Si a lo anterior le sumamos el sermón familiar que inicia con los padres, donde
de una manera no muy grata, más bien retante y regañona te dicen: “si va a
comprar una moto, mejor compre el cajón (ataúd) de una vez”. Desde esa frase
comienza el viacrucis para comprar una moto, pues entre los cuestionamientos de
los conocidos, amigos, la familia, hasta la pareja y teniendo en cuenta los
referentes de las motocicletas en nuestro país del sagrado corazón que le reza
al divino niño, es un tanto difícil para algunos decidir si compra o no una
moto. La gente del común tiene la concepción de que quien compra una moto se
partirá la crisma en poco tiempo, vivirá en el suelo, mojado y con un cierto
aroma peculiar y propio de una estación de servicio de combustible, además de
lo encartado que se mantendrá cargando mil chécheres, pues la moto no tiene
baúl. Si a lo anterior le sumamos unos referentes motociclistas en el país, no
muy gratos o asertivos, como el uso que algunos imbéciles de poca educación le
han dado a la motocicleta, utilizándolas como herramienta de delincuencia y en
un país con la filosofía al revés, donde la gente cree que el tipo que sale con
cinco viejas es el putas y la vieja que sale con cinco tipos es una puta, pues
es un tanto difícil orientarse.
Gran parte de los colombianos piensan que los
motociclistas somos unos irreverentes y desadaptados, que las motocicletas son
maquinas del mal y que cuando un motociclista para en un semáforo al lado de un
carro, seguramente lo asaltaran, ¿o acaso a que motociclista no le han cerrado
la ventanilla de un carro en un semáforo? Uno diría, hombre pues sí, con tantas
malas referencias no queda más de otra que pensar, las motos son maquinas del
infierno y diseñadas para delincuentes, jajaja, pero entonces que podríamos
decir de los vehículos particulares, que durante más de 20 años han explotado
por ahí en el territorio Colombiano, con preferencias en sitios públicos donde
no asaltan a un cristiano sino por el contrario acaban con la vida de cientos,
sin distinción de edades ni demás, o que podríamos decir de los taxis y el hermoso
y destacado servicio público de nuestro país (nota: estoy siendo sarcástico)
con sus famosos y continuos paseos millonarios, o acaso deberíamos decirle al
campesino: no hermano, salgase del campo que todo lo vamos a empezar a sembrar
en bodegas por que las montañas no dan sino minas quiebra patas. Pues déjenme
contarles otra historia totalmente distinta, en Colombia existen un poco más de
3 millones de motocicletas registradas, 5 millones de personas nos movilizamos
en moto, generamos 1.317.300 empleos, de cada cinco motociclistas una es mujer,
no creo que todas sean como alias Karina, lo que me deja decir que son mujeres
y hombres buenos, el 63% de estos motociclistas son jefes de hogar, el 52% de
las personas compran su moto por transporte, el 40% por trabajo y el 1% por
recreación, pues señores; yo pertenezco al 93% de los usuarios de la
motocicleta, pues con el tiempo entendí que mi moto me ayuda a movilizarme, no
solo en la ciudad sino en el país, me ayuda a ahorrar tiempo y cumplir con mis
horarios, que en ciudades como Medellín es a veces un tanto complicado por lo
estrecho de las vías y la cantidad de vehículos que existen, sumándole además
las alcaldías de turno que se preocupan por llenar de cemento y obras que
tienden más a la farándula del alcalde de turno que a los verdaderos beneficios
de los ciudadanos, o para la muestra un botón: la feria taurina, que para poder
que los alcaldes, concejales, senadores y demás lagartos de corbata puedan
sentirse cómodos y tranquilos, cierran la autopista regional para que dichos
señores de leyes y democracia puedan parquear sus carros, los de sus familias y
escoltas. Además la moto por lo general no tiene costos tan elevados de compra,
aun mejor no gasta tanto combustible, lo que podríamos traducir no solo en
ahorro de dinero sino también en buen trato con el medio ambiente. Las motos
también tienen sus defecticos, como la lluvia, enemigo inevitable de esta
máquina, dificultad que solucionamos fácilmente con un impermeable, del cual
les recomiendo sea de tela y no de plástico, para que sumerce no quede como un
robot envuelto en bolsa de bolis de tienda, lo duro de ponerse el impermeable
es poder llegar a un lugar donde mientras se lo pone no termine bañado o
arroyado por un vehículo, quien no ha visto el taco bajo un puente que se hace
en medio de la lluvia, porque ningún alcalde en medio de su inmensa sabiduría y
sus infinitas ganas de volear cemento
(porque todo alcalde lleva un obrero de construcción por dentro) pensara ¿Por
qué no hacer espacios bajo los puentes, para que los motociclistas puedan
ponerse el impermeable y así nos evitamos accidentes y la turbulencia en el
trafico generada por los mismos? Ahora bien, otra de las dificultades de la
moto es la falta de un lugar donde poder llevar o almacenar cosas que en algún
momento necesitaremos, como los impermeables, es decir ¿tocara andar con un
morral para todos lados? Pues no, para eso se inventaron los baúles o
sanducheras que llamamos, las alforjas y maletas de tanque (tank bag)
Solucionados estas dos dificultades, no queda más
que hablar de la seguridad de las maquinas, para lo que alguien muy inteligente
se invento las barras de protección y deslizadores, de modo que si uno se cae
por alguna razón, como podría ser la bendita pintura “antideslizante” (ponga
voz de sarcasmo al leer esa palabra, jajajajaja, disculpen que me ría) que en
muchas partes del país, por no decir que en todas las vías, no son más que
trampas mortales o minas quiebra patas para motociclistas y hasta para otros
tipos de vehículos, pues estas barras sirven para que a usted no le caiga la
moto encima, lo que pasa es que muchos personajes de la farándula barrial se
las quitan, para verse más interesantes, verracos y barones con las nenas del
barrio, podríamos llamarlo síndrome de estupidez hormonal masculina, jajajaja,
viejo, no sea pendejo, déjesela, que después de que tenga tres varillas y 12
tornillos en el pie, la nena no lo vuelve a llamar, o peor aún, si usted se cae
con la nena y la vuelve ropa de trabajo en una caída en moto, seguramente los
que pudieron ser sus suegros no lo van a volver a dejar arrimar donde la nena.
Aun mas importante, la seguridad de la persona, COMPRE UN CASCO PARA NO
PARTIRSE LA CABEZA, no para que no lo partan, el transito no le va a ir a sobar
la cabeza si se cae, al que le duele es a usted soci@. Ahora también se pueden
encontrar rodilleras, guantes y chaquetas especiales para conducir
motocicletas, con protecciones especiales y a costos que muchos de nosotros
podemos acceder si queremos y amamos nuestras carnitas y huesitos, muy
importante es que su acompañante, en el caso de los hombres que generalmente
llevamos mujeres con nosotros atrás de la moto, que la niña lleve zapato
cerrado y pantalón largo, para que no le deje una cicatriz general de grilla, o
quemón de mofle, o el raspón de una caída que jamás le borrara, la seguridad no
depende de los agentes de tránsito o del sermón de casa, depende es de
nosotros.
Ahora bien, tendiendo todo esto mi querido amigo
motociclista, concienticémonos de la moto que queremos o tenemos, el primer
error es que salimos a comprar motos según el presupuesto que tengamos o lo
bonita que se vean, pues la gran mayoría de personas no compramos motos
pensando en cuál será la finalidad que tendrá o el uso que le dará, el tipo de
máquina, prestaciones de la moto y demás. La primer pregunta que la gente hace
al comprar una moto es ¿Cuánto vale? Dándole continuidad a la infaltable pregunta
estúpida ¿y cuanta velocidad da esa moto? Como si fueran pilotos de carreras
que salen a las pistas, la verdad no he visto la primera pista de carreras que
tenga un semáforo o un resalto (policía acostado) o el primer piloto de
carreras cuya moto tenga atrás u cajón con la publicidad de un restaurante,
bien lo dice el piloto de carreras Valentino Rossi “los verdaderos pilotos
corren en las pistas, no en las calles”. Hace un tiempo cuando salía de mi casa
en la moto, mama me daba mil bendiciones y me decía que mucho cuidado, al
regreso hasta vela encontraba, hoy agradece que salga en moto, conoce a todos
los personajes de mi club y sabe que la seguridad en la conducción de mi moto,
es más un asunto de actitud propia que de mitos urbanos, que cajón (ataúd) ni
que carajos, maneje seguro, responsable y en armonía con los demás usuarios de
la vía, que como usted tienen derechos y deberes, el espacio y las vías son de
todos y para todos, sin distinción de grupos o de gremios.
Finalmente podemos concluir que los motociclistas
son gente buena, no delincuentes, que la moto no es una máquina infernal, sino
una herramienta de transporte, trabajo, ahorro, turismo y diversión, que es tan
segura como cualquier otro vehículo y que el problema es mas cultural que
social o de orden público, no cierre la ventana al ver a un motociclista en un
semáforo, o es que en su casa algún familiar que haya tenido o tenga moto es
delincuente. Gracias a mi moto he podido ahorrar platica, conocer medio mundo,
o por lo menos medio Colombia, además de las muchas personas, historias,
culturas y niñas que rodando en mi moto he podido conocer, las experiencias,
conocimientos y hasta las fotografías que he podido hacer gracias a mi moto,
son invaluables, por las motos creo que he crecido más como persona y como ser
humano, me he rodeado de gente que me alimenta en sabiduría y experiencias,
hasta un proyecto cultural termine haciendo con unos amigos alrededor del
cuento de las motos y la movilidad. Por lo anterior es que digo orgullosamente,
ME COMPRE UNA MOTO…Y ESTOY ENAMORADO DE ELLA.